14 de Octubre de 2016
4:40 AM. Suena el despertador pero realmente no me hace falta. Anteayer, con la lluvia, cogí una buena "mojada" y he pillado un catarro de primera. No sería mayor problema si no tuviera que pedalear. Pero pedalear sin respirar adecuadamente no ayuda mucho y le da un puntito de dificultad a la ruta. El tema es que me he pasado la noche en vela tosiendo y moqueando sin parar, con calor, con frio, mal... mala noche.
Pero... es el último día y quejarse no ayuda. Tras el desayuno, en el que nos movemos como luciérnagas alrededor de la miel, nos ponemos en marcha a las 5:45. Es de noche todavía y hay un ambiente mágico pedaleando en silencio y con los focos y frontales encendidos.
Empiezo a pedalear bien, a pesar de que se rueda fuerte (unos 20 km/h) Mi frontal es de los que mayor potencia de luz da y ante el agotamiento de baterías de algunos compañeros me piden encabezar la ruta. Esto es complicado porque intento frenar un poco el ritmo pero los de atrás vienen lanzados y se me comen en cada intento, así que aprieto y mantengo la velocidad establecida. Hoy sólo llevamos barritas como avituallamiento pues llegaremos muy pronto a destino (alrededor de las 10:00 AM), donde habrá un aperitivo para hacer más llevadero el viaje a Marrakech.
Cañón del Dades |
La ruta transcurre por cañones junto a rios, salvo un par de "tachuelas" intermedias que supero sin problemas.
El rampón final ya es otra historia pero también se deja subir mejor de lo pensado. En la cima, vista impresionante de las curvas de bajada a la Garganta del Dades, donde acaba nuestro raid por Marruecos.
Garganta del Dades |
Desmontamos las bicicletas y las embalamos en nuestras respectivas cajas para hacer el viaje de vuelta. Esto es señal inequivoca de que hemos terminado nuestra aventurilla marroqui. Ha acabado con buen sabor de boca y no hay tristeza entre los compañeros. Todos tenemos una sonrisa tontorrona por haber conseguido acabar la ruta sin problemas ni percances de importancia.
Tras la carga de las bicicletas en el remolque del bus pasamos a un pequeño albergue en el que nos ofrecen unos aperitivos a base de queso, salchichón, chorizo, pepinillos, patatas fritas, caballa, mejillones enooooorrrrrmees,... Estos on los más grandes que jamás he visto. Se podría hacer filetes de ellos.
A las 11:00 nos ponemos en marcha hacia Marrakech donde habrá una cena despedida de los participantes del raid.
A ver si llegamos a tiempo de zascandilear un poco por la plaza y aledaños del zoco.
Tras un lento y entretenido viaje a Marrakech cruzando parte de la cordillera del Atlas, de nuevo una sucesión continua de montañas y valles... valles y montañas, con mucha curva y paisajes increibles. Va a ser imposible borrarlos de mi mente, pero no es problema porque tampoco quiero hacerlo. Las fotos no dan fiel reflejo de lo que la realidad es, de manera que habrá que mantenerlo en el recuerdo y siempre que se pueda volver a tenerlos cerca. Llegamos a Marrakech alrededor de las 19:00 PM. Asignación de habitaciones en el hotel Mogador Gueliz, ducha rápida y en 20 minutos estamos metidos en un taxi que nos lleva a la plaza de Jamal ef Na, donde hemos quedado en encontrarnos para ir a cenar.
Plaza de Jamal ef Na (Marrakech) |
Llegamos con tiempo de sobra para meternos por unos cuantos callejones y con tiempo de sobra para tener que decir que no a las miles de ofertas que nos hacen de los productos que allí se venden. Tras una vuelta de reconocimiento vamos al punto de encuentro y desde allí nos vamos al restaurante donde nos separaremos los distintos grupos de vuelta a España ya que no todos volvemos del mismo modo. Hay quien coge aviones a Barcelona, otros a Madrid, otros a Casablanca y desde allí a Barcelona, y los que regresamos en autobús para hacer durar un poco más esta historia.
A pesar de ser ya tarde, Luis Leo, Javi y yo nos metemos por las callejuelas en busca de un lugar donde comprar especias. Parece que nos hemos salido del circuito turistico y conseguimos precios similares a los que obtienen los locales. Y digo similares porque se nos nota en la cara que somos guiris, sobre todo al rubio y blanco de piel Javi... jajajaja.
Hechas las compras de última hora (y nunca mejor dicho) comenzamos el retorno a la plaza de Jamal ef Na para coger un taxi de regreso al hotel. Los taxistas intentan aprovechar el hecho de que es de noche y nos intentan clavar un extra que no estamos dispuestos a pagar, de manera que nos vamos en busca de otro taxi hasta que los primeros vienen a buscarnos a nosotros para contraofertar. Ahora la oferta ya es otra cosa. Dos taxis por 5€ cada uno no está nada mal. El hotel está alejado del centro unos 4 km y no es cuestión de meterle más horas de ejercicio sin ton ni son al cuerpo. Mañana madrugamos nuevamente para emprender el regreso a casa.
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